La mendiga de mi esquina de Francisco Escobar Bravo

La mendiga de mi esquina
se marchó de vacaciones,
en su lugar ha dejado
a una muchacha más joven
que igual dice: - ¡Buenos días,
buenas tardes, buenas noches! -.
El caso es que no se pierda
el puesto, pues hay ladrones
de lugares predilectos
y aquél que llega se pone.
Ya digo: ¡Yo, sin un euro!
La mendiga, ¡a saber dónde!
Lo mismo le quito el sitio
si el beneficio es enorme.
Y debe serlo, sin duda,
cuando da para tal goce.
Habrá mucha crisis, sí.
Mas, ¡pardiez!, fiesta se cogen.
Está visto que en España
veranea hasta el más pobre.

La gloria es de quien la busca. La suerte, del que la encuentra.
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