Ondas de amor

Te espero en Paris..

Primera Parte

</center>



Te espero en Paris.


Le gustaba ese primer día completo en la ciudad luz, serían las veintidós y treinta minutos, cuando brotó de las entrañas de "Corentin Celton" un taxi.
-¡Monsieur¡ ¡Monsieur¡
Dentro del taxi, un hombre no muy grande con clásicos bigotes y mirada vivaz.
- A "Bonne Nouvelle", le miro absorto, pero arranco el Renault
- (Natural), pensó, es al otro lado de Paris casi y tengo ademas pinta de extranjero o mas bien lo soy.
Mientras el auto con pasmosa facilidad devoraba las calles, el pensaba en ayer, pareciera mentira...
Montevideo, el aeropuerto de Carrasco, el vuelo 718, de "Iberia", destino Madrid, breve escala por Río de Janeiro, "Barajas" y ya en Paris..
Una semana de "Vacances".
-Fue Mazagrán, le dijo...
-Et, bien, Paris contesta el chofer del taxi....
Paris era caro, pero el mapa exacto de gente que había estado le había ayudado mucho.
La "nuit" estaba espléndida pero de pronto en unas horas el sueño le vencía con una caricia de cansancio...
Amanecía, visitar Louvre en el segundo día se hacia indispensable y ya se encontraba caminando de tarde desde el fin de "Les Tuilleries" hasta cerca de la avenida George V.
Agotado se sentó a beber una cerveza en la terraza de el Champs Elysee.
Y la vio llegar, vestía un pantalón ajustado a sus curvas pero soltándose mas allá de los muslos.
Una blusa negra, escotada por donde se deslizaba su cabello azulado, adornaba a toda su maravillosa figura unos ojos pardos, entre tiernos y traviesos, una boca grande, pero inmensamente bien sensual y formada.
- "Dios mío", exclamo en un castellano que le rizo y revisando su cartera pago su cerveza también.
Atento el comenzó  ah observarla, pensó que su acento no era el de la madre patria, acaso, ¿podría ser latina?...
La noche lo vio de repente enfrente a la puerta del "Theatre de L´Athenee", para ver las primeras funciones del "Romeo y Julieta" dirigida por Klouvier, y la  eterna casualidad (otra vez), los encontró a los dos sentado en las misma fila, ahí estaba ella...
La que había visto hoy de mañana y el destino enfático se encargo de descubrir.
Una sonrisa fresca como de sorpresa, breves miradas, dos "hola" y estaban de pronto en el foyer de el L´Athenee.
-Giovanna, Zampini
-Richard, Techeira, muchos gusto
- ¿Ya viste suficiente de Paris?
- Poco, es el segundo día aquí, ¿vos?
-Yo, jaja, hace dos años que vine..
- Ahhh...
Empezaba a llover, se refugiaron en un café, el "D´Angleterre", donde la bebida comenzó a desgranar sus personalidades, la calle había quedado laqueada y luminosa, después de la lluvia, anduvieron en el "Boulevard Des. Italiens..
-Taxi..
-¿Te llamo entonces al hotel?
-Si dale, te espero...
Era la segunda semana que lo tenía ahí, ni se preguntaba el porque, el telefono sonaba de vuelta como se estaba acostumbrando.
_Voy para allí, dame 15 minutos.
- Dale, "Te espero", siempre esperaba ansioso.
En el mismo ritual que los atendió después del primer encuentro que sedujo esos instantes.
El admiro como venia hoy, la blusa negra ceñida, que ella descubrió con el movimientos que conocemos como hacen las mujeres al quitarse el abrigo.
Sus senos parecían pequeños incendios.
Deposito su chaqueta de cuero negro en la silla y cuando iba a decir algo ella, sintió que el le abrazaba.
Se besaron  la boca voraces a ritmos dispares.
Lenguas que serpenteaban como un látigo, el lenguaje de los gemidos.
Caricias impúdicas se volvieron frenéticas y apasionadas, donde el acoplamiento combinado del deseo hizo que las palabras estuvieran de mas.
La respiración se hizo sentir como una atmósfera abrasadora, el desnudo de los cuerpos tendieron sus alas sobre una cama.
Los dedos ambiciosos, desesperados, y ella recostada boca arriba donde sus formas eran una tentación de infinita poesía, el vientre marcado apenas, sus piernas una escultura que terminaba en sus bellísimos pies.
-Te amo", apasionado dijo el, "Yo también te amo", ella contesto
¿Se puede amar tanto en tan poco tiempo?, los dos pensaron igual de la misma intrigada respuesta.
Los roces se hicieron todo abarcadores, la boca manos y cara de el recorrían cada centímetro..
Una mano se deslizó de canto entre los muslos y los separó hasta ponerse de plano y apretó enseguida por un largo minutos sobre la tibieza del sexo femenino.
Ella con ojos apasionados sentía el afloramiento del mensaje, húmedo y caliente donde unos dedos jugaron con la pequeña maraña sedosa y áspera.
-Bésame grande, rogó ella..
Y el alfabeto de los espasmos, sacudió la noche, el cabalgar después, abrió el precipicio del éxtasis..
Sudor y sangre mezcladas..
Dos gritos al mismo tiempo, el beber de lágrimas acabadas....
Instantes de dos corazones a punto de estallar...
Un breve silencio, descanso..
El tiempo cómplice...
Un beso, "Hasta luego"...
"Te espero", como siempre esperaba en Paris.....


continua........



Ricardo Flores</center>

Cuando me crezcan alas..

<center></center>





El paisaje cambiaba bruscamente cuando, luego de un recodo de la br 101 (Que serpentea entre morros y declives), aparecía la inmensa laguna, bordeada por un pequeño pueblo de pescadores. El sol caía lentamente y las aguas de la "Lagoa do santo antonio" se van iluminando con pequeños farolitos colgados de los pilotes de madera, que contienen las redes para la pesca nocturna del camarón.. Arribaba a "Laguna" una simpática población del estado de "Santa Bella Catarina" del brasil...
Que diferencia...
No tenia que soportar los bocinazos, los escapes abiertos, la tanta gente que se va hacia alguna parte... La mirada entre calculadora y escrutante de la policía...
Todavía sonaba entristecida esas apalabras cuando te invite a seguirme hacia aquí...
"Cuando me crezcan Alas", me contestaste
Sabíamos la imposibilidad de esa opción, con ternura me explicabas, de tu trabajo, de tu profesión, de tus obligaciones...
Ah.. como los odiaba, pero como los respetaba.
Si algo nos unía mas cada día era la libertad entre nosotros un ícono..
Salía del hotel, y caminé por el bajo despaciosamente, sin apuros, mirando la calle colonial, la gente....
Finalmente entre a un bar (Cualquiera), y pedí un café.. instintivamente recordé...
Fumé un cigarrillo, conté hasta diez y a través de la ventana pasaban unos pequeños murmullos sonrientes, niños.... recordé
"Los niños son inocentes porque creen, los hombres son inocentes cuando olvidan.." (Cesar Pavese)
Termine lentamente el pitillo, no fumaba, ( me sonreí), solo cuando extrañaba y (como la extrañaba)... Los niños retozaban su trapisonda menor y hermosa...
Mi segundo día, era redescubrir los nuevos destinos para la revista "Voiger", la bellísima perceptiva del océano atlántico, los surfistas en "Da Teresa e Ipua", la casa colonial de "Anita Garibaldi", dejaba Laguna camino a "Floripa", (La ciudad de las 100 playas)
Antes una parada en un restaurante, "Arrastao", sucumbía en el deleite de camarones, " Alho e Oleo", sonriendo pensaba en el deseo tuyo de ser vegetariana....
Florianópolis, tenia todo lo que uno puede pedir, aguas mansas, bravas, parques y boliches...
Me detuve frente a la tranquila planta del Jureré donde admiraba la pesca de siri (Cangrejo).. pensé
"El mar es una historias de recuerdos, que comienzan cuando se mira"... (Giuseppe Ungaretti).
"Cuando me crezcan alas", ufff, te amaba con o sin ellas....
Supuse otro mundo, otras personas y un pequeño y perfecto sistema de amores donde tanto se da, tanto se recibe y nada ( y nadie) altera el equilibrio que se logra sumando afectos y descontando incertidumbres, dudas, fallas, trampas y artilugios....
Estaba divagando, ¡Cómo te gustaba descubrirme¡
El mes había pasado volando, hace dos días que habíamos conversando y comentabas como te gustaba recordar mis poesías para ti y en "Praia ou Mocambique" leía una pequeña leyenda... "Perderá el miedo y ganará el amor"... (Juan Jacobo Rouseau)
Y empecé a escribir
"Soy un latido inmenso, una plegaria
un pedazo de noche, hecho gemido
se encuentra con la vida, a alguien que ama
porque me he recibido de mañana
y con tu magia ha revivido"
Tan absorto estaba que no noté pequeñas pisadas tras de mi...
Unas manos que taparon mis ojos, esa piel que emanaba un perfume expresivo como una mirada..
Penetrante como un deseo. ¿Te habían crecido las Alas?..
Te lo pregunté , sonriente me contestaste -Bobito! me besaste
Resulta que sin permiso , burlando los esquemas de la lógica y antigüedad de las leyes naturales, me han crecido Alas - Me dijiste
-Livianas, voladoras, delirantes, no se si al costado del corazón o sobre los brazos mismos, nadie las ha visto, no se si en la cabeza o a cada lado de la espalda
-Me han crecido..¡Estoy aquí! suspirabas
Pasaron los minutos, demorada gotas gruesas de un tiempo solo de nosotros.
Búsquedas a la vez mutuas y deseos que no podían negarse a saltos del vacío, como cuerpos que se conjuntan y a al vez como un infinito juego de dar y tomar, solía ofrecer y pedir a zonas del alma todavía oscuras.
Miraba tu rostro emocionado de bellos rasgos góticos, el pelo desmayado que caía sobre la arena, como si fueran hilos de un metal azulado.
Todo eso, me hacía sentir como pocas veces, la opreción muy conocida, los forcejeos tumultuosos en el alto del pecho, la desesperada ambición de las manos, el continuo estrangulamiento en la garganta.
_Te quiero, murmuré
Y las estrellas del lugar se nos acercaban para ver y conservan aún su brillar después de nuestro amanecer....


To be continue..






<center></center>

Ricardo Flores

Eternamente

</center>





El taxímetro volaba sobre el periférico, miramos hacia afuera donde Paris eclipsaba   en la luz delicuescente de la tarde, había otra vez esas flores en los arriates de los bulevares, hirviendo de turista en cada mesa del "Quartier Latin".
Estábamos volviendo a la habitación de la rue de la paix, donde cansados nos sentamos en un sofá...
Te mire, esos ojos como desde el primer día (como siempre), la sonrisa franca, en fin absorto a tu aroma de mujer.
¿En que pensas?, preguntaste, risa, silencio
-En nada.. en que te quiero
Me miraste con amor y mucho amor hubo en su sonrisa y su voz al hacer un pedido tan poco de amor como este..
_¡Tápame los pies!
Fui por la frazada doblada y doblándome te di un beso en cada uno de ellos, henchidos de perfume
La fuga musical de tu mirada, y mi beso dio en la zarza y el sonido, un rocío de ocultos manantiales.
Un espíritu invisible llena el aire de melodiosos acordes.
Mis manos temblorosas en tu cuerpo navegaban, y profano en tus pechos mis dedos ,donde se esconden una jaula de coral..
murmuras suaves _ "Con razón me duelen los pechos en la mañana
Sabía que te gustaba ese dolor bonito, profano _ sonreí
Sobre tus palpitantes rosas, los labios tibios míos, perpetuos.
Estimulante plasmaba peregrinas formas con tus gotitas de sudor, cerrando los ojos, ya no sonreías.
La paciencia de los alaridos en cada rodeo de mi lengua que serpeó en todo tus rincones. Me encontré meciéndome, hamacando frenéticamente mientras tus piernas sacudían melodías de amazonas.
La belleza de los minutos, el asalto de vocablos y los volcanes que estallan en un solo grito, del silencio a coro...
Noche que vence, el cielo se corona de estrellas y afuera los ángeles entonaron sinfonías, hasta el amanecer. En esas ocasiones me sentía trasportado al octavo cielo, que como se sabe es un cielo mas arriba del septimo, si alguna vez alguien conoció la felicidad, solamente ese alguien podría comprenderme.
Desde la torre Eiffel, los juegos del cielo adquirían colores y formas de magia, prodigio donde se mezclaban los ópalos y el oro, todos los matices de los azules. No existía, no podría existir ninguna medida del tiempo para esa pasión, instalada como roca sobre nuestros cuerpos.
Vivíamos nuestro infierno, mezclándolo con el corto e inolvidable paraíso poseído y perdido de esas horas. Era amor que inundaba la sangre de ambos como un mar.
Reías - ¿Te puedo pedir algo?
-Lo que quieras bomboncito,... (Te gustaba mi seguridad de enamorado)
-¡Vámonos de mochileros¡
Te miré sonriente. acaso esperaba una propuesta aventurera como esa, pero... ¿Y mi trabajo que andaba muy bien? ¿La obligaciones de mi agenda apretada? ¿Mis metas económicas?
-Intrigada por el momento pequeñito, preguntaste -¿Que pensas?
-Nada mi vida. claro vamonos si
Al diablo con todo lo otro, a mi me importabas tu. Mirar hacia adelante.
-Quiero en el silencio escuchar tu voz, calumpilado en su sonido matinal y luminoso, como el hilo de sol usado en la punta de una lapicera, para escribirte con oro vivo las palabras... (Te gustaba esos pequeños ataques de poeta míos)
-Prometí amarte, con ternura y seguridad, protegiéndote de las tormentas y dolores. -Te voy hacer la mujer mas feliz del mundo (insistí tercamente)
Me abrazaste y me besaste como solo vos podes hacerlo ,con intensidad que es como un enorme desierto de granos de arena y en cada uno se escribía eso momentos entre nosotros y esa me duraba para siempre, todo el tiempo, y si hay un mas allá, todo el tiempo del tiempo..
Y sellamos nuestra promesa, mi promesa de amarte "Eternamente" y de ir de mochileros

To be continué









<center>

Ricardo Flores

[color=BLACK][b][i]<CENTER>El paraiso perdido









Una carretera angosta que parece una serpiente de asfalto
penetra en el territorio de las formaciones plutónicas.
El mundo cambia, detuve un poco la camioneta, y mientras aspiraba el aire, fue mi vista en tus ojos luminosos que entonaban una turbacion de leyenda.
Habíamos llegado a "El paraíso perdido".
Tres arroyuelos de agua cristalina cortan el camino aquí y allá, entre la vegetación podemos divisar hermosos pájaros que nos entretienen con sus cantos mientras bajamos a la gruta. El descenso es abrupto, los helechos tapizan el suelo y gran parte del camino.
Me haces detener - ¿Como se llama esta flor?- sonriendo, maravillado de ese gozo que trasmites... -Se llama clavel del aire de flor blanca, dandote detalles de porque crecen ahí en forma única y salvaje.
-¡¡Precioso!!- Brotan en cada en instante de tus labios jugosos.
A nuestro paso una nube se alza, la senda por la que transitamos gira, haciéndose mas escarpada y empinada.
El sol se filtra a borbotones entre la naturaleza que nos tiende su abrazo, el aire se hace mas seco  y tibio. Tordos, palomas torcazas , zorzales y misteriosas aves crepusculares hacen una sinfonía única, maravillosa.
Las sombra bajaban a grandes pasos, ahí estaba -¡¡Llegamos!!- exclame.
Cuatro horas para llegar al lago. Todo allí era profundo, la soledad, con sus mil rumores desconocidos donde parecen que hablan los invisibles espíritus del monte y ante esa fuente cristalina, tu y yo, rompiendo el hechizo con un chasquido de besos profundos.
-Te amo- me susurras, y mi rostro resplandece como la cumbre que toca el primer rayo de sol, me turba sus cambiantes rojos de sus carnes mórbidas y trasparentes, debajo de esa epidermis azulada y suave donde circula un fluido de luz que parece que oscila al compás de la llama, y me provoca entreabriendo sus labios, ofreciendo el tesoro del amor... el beso, un beso...mmm
Mi alma temblaba a punto de lanzarse al espacio, como el pajaro que tiembla y agita ligeramente las alas antes de levantar vuelo.
-¿Te gustó?, pronuncie
-Me encanta muchísimo Ricardo (y encendí la hoguera sonriente).
Armamos la carpa porque se venia una tormenta, los relámpagos y truenos se hacen escuchar como anunciando el temporal mágicos de los veranos.
Libélulas multicolores, giran por el aire en extraños círculos, se paraban a la orilla de la carpa (donde estábamos abrazados) contándonos en un blando susurro las historias de los silfos que se columpian en los hilos de oro que se cuelgan las arañas de entre los árboles.
-¿Porque lloras?
- Perdona este involuntario sentimiento de egoísmo - me respondiste- enjugándote una lagrima- lloro por mi, lloro la vida que me huye, cuando ante tanta belleza se ama y uno se siente amada ¡La vida es buena!
De pronto otro beso, mil besos... ¡largos!...¡así!. Tu imperio me subyuga y la dicha me desvanece.
Tus caricias esotéricas, un alivio de extenuaciones beatificas que en vagarosas blanduras se sumergían aturdidamente, como en triclinios de gloria. Ebrio de ebriades, a cada deseo una nueva sastifaccion, a cada nueva sastifaccion un nuevo deseo.
Mis manos y tus manos en el jardín prohibido, los mil repliegues microscópicos del placer que se agazapa, cada centímetro tuyo era mío, yo siendo tuyo.
Tu boca, labios fragantes, ojos que chispeaban igual que los rayos de la tormenta, la lluvia afuera caída a torrentes, adentro el gran sultán del éxtasis en miles de erecciones, de tus pechos , en un sorbo de tu vida el néctar que haces que vibres al ritmo de mi lengua encendida.
Nuestros sudores, gemidos, suspiros, tus uñas se clavaron en mi espalda, mis manos disparadas, el misterio nuestro y su enorme linterna mágica de las perlas de los minutos..
Tu y yo al borde del hechizo, directo al paraíso.
Un gran suspiro como de agonía se perdió en el lugar, lo ópalos del éxtasis beatificaban su rostro..
-Mi vida- alcance  balbucear
Y tu sonrisa, tu silencio, lo dijo todo sin decir nada, la lluvia ahora caía lentamente, y su sonido me recuerda eternamente al veranillo de carne, la tuya...
Después, el sueño de nosotros dos, el astra de los tres mundos abrió su dosel de estrellas.. Y nirvana nos caso al oído..














Ricardo Flores
Derechos Reservados
Montevideo 2006