Sueltateeee
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Sueltateeee
Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar una altísima montaña, inició su travesía después de años de preparación, pero
quería la gloria solo para él, por lo tanto subió sin compañeros.
Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se
preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo, y oscureció.
La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no
se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad,
la luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.
Subiendo por un acantilado, a solo unos pocos metros de la cima,
se resbaló y se desplomó por el aire, cayendo a velocidad
vertiginosa. El alpinista solo podía ver veloces manchas oscuras
y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su
mente todos los episodios gratos y no tan gratos de su vida.
Pensaba en la cercanía de la muerte, sin embargo, de repente,
sintió el fortísimo tirón de la larga soga que lo amarraba de la
cintura a las estacas clavadas en la roca de la montaña.
En ese momento de quietud, suspendido en el aire, no le
quedó más que gritar: AYÚDAME DIOS MIO¡¡¡
De repente, una voz grave y profunda de los cielos le contestó:
-¿QUE QUIERES QUE HAGA?
- Sálvame Dios mío
- ¿REALMENTE CREES QUE YO TE PUEDA SALVAR?
- Por supuesto Señor
- ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE...
Hubo un momento de silencio; el hombre se aferró más
aún a la cuerda. Cuenta el equipo de rescate, que al otro día
encontraron a un alpinista colgando muerto, congelado,
agarradas sus manos fuertemente a la cuerda...
A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO...
*************************************************
¿Y tú que tan aferrado estas a tu cuerda? ¿Te soltarías?
Que tengas un día maravilloso... pero no olvides contestarte a ti
mismo esas dos preguntas!!!
quería la gloria solo para él, por lo tanto subió sin compañeros.
Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se
preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo, y oscureció.
La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no
se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad,
la luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.
Subiendo por un acantilado, a solo unos pocos metros de la cima,
se resbaló y se desplomó por el aire, cayendo a velocidad
vertiginosa. El alpinista solo podía ver veloces manchas oscuras
y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su
mente todos los episodios gratos y no tan gratos de su vida.
Pensaba en la cercanía de la muerte, sin embargo, de repente,
sintió el fortísimo tirón de la larga soga que lo amarraba de la
cintura a las estacas clavadas en la roca de la montaña.
En ese momento de quietud, suspendido en el aire, no le
quedó más que gritar: AYÚDAME DIOS MIO¡¡¡
De repente, una voz grave y profunda de los cielos le contestó:
-¿QUE QUIERES QUE HAGA?
- Sálvame Dios mío
- ¿REALMENTE CREES QUE YO TE PUEDA SALVAR?
- Por supuesto Señor
- ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE...
Hubo un momento de silencio; el hombre se aferró más
aún a la cuerda. Cuenta el equipo de rescate, que al otro día
encontraron a un alpinista colgando muerto, congelado,
agarradas sus manos fuertemente a la cuerda...
A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO...
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¿Y tú que tan aferrado estas a tu cuerda? ¿Te soltarías?
Que tengas un día maravilloso... pero no olvides contestarte a ti
mismo esas dos preguntas!!!
pirata alyssa- Mensajes : 659
Fecha de inscripción : 09/09/2015
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